Tres babuinos
Viniendo hasta aquí me encontré con que la lluvia me empujaba. Me encontré patinando sobre la vereda equivocada. Y ni siquiera me pasó por la cabeza ubicar el lado equivocado de esta vereda, no con todo ese vértigo haciéndome avanzar, así que simplemente patiné por el lado correcto de esta.
Y pensé que hoy no había maldad en mí. Y que quería ser los tres monos a la vez. Si, no me dispongo hoy a escuchar, oír, o hablar el mal. Así que solo y solito agarré las tres bananas y me las comí. Con esa lujuria. Y me sentí babuinos. Sonrisa.
Un día no muy largo y de tranquilidad me trae a escribir. Quisiera responder con más que comentarios a quién sabe quien. Pero lo escrito nada explica que no esté escrito. Está dicho que la tinta no responde a preguntas dinámicamente. No es tinta si lo hace. No están para eso los escritos. Ni los míos, ni los tuyos, ni los de nadie.
Así que me siento a ver tus errores. Porque errores son errores, cualquiera sea el idioma. Porque el odiarlos puede hacerte cometerlos. Porque el odio y el miedo son las facetas más simples de nuestro accionar. Son tan simples que casi cualquier raciocinio puede con ellas. Puede forzar errores. El respeto está allí para que respeten aquellos que temen. Y para hacer complejo el actuar de alguien que odia. El respeto es el método que guía la acción hacia el arte de controlar los detalles. Pero homo sum, humani nihil me alienum est, ergo errare humanum est. Al menos en lo que a mi respecta. You FOUND me.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home