13.5.06

Hipoqueseyo

Sorda que rompeQue se rompan o no las cosas no puede ser mi problema. Y menos aún cuando ando tan pero tan apurado. Así que que se rompan nomás, yo solo me daré por enterado una vez que lo que se rompa se de mi real incumbencia. Irrelevancias, abstenerse.
Ahora me senté acá sin pucho ni carajo. Nada de nada. No tengo pucho y me quiero matar, imagínense. No puedo comprar. Me quiero matar con un hilo de coser encerado. Solo eso. Ja.
Hoy, mientras viajaba vía bondi a las cercanías de este el lugar en que ahora me encuentro, vi un par de caras bastante curiosas. La gente realmente no se da cuenta de que sus pensares se ven muy claramente en las inflexiones y reflexiones de sus rostros. Siempre uno piensa en voz alta. Siempre y hasta sin querer. Un señor pasó por una serie de alegrías delante mío. Muy calladito el. Pero con (sumamente placenteras) sonrisas cada tanto o cuanto tiempo. Lapsos cortos, sonrisas seguras, un as en el arte de pensar el tipo. Y luego cayó. Hasta el fondo. Cara grave y preocupada. Nunca supe si había cambiado de objeto su pensar o si realmente lo que sucedía era que aquel tan "sonreíble" asunto no lo era tanto. O sí lo era. Pero siempre hacemos lo mismo con las cosas nosotros. Las rompemos. Y ahí va toooodo de vuelta. Fíjense, si no. Igual... no todos los católicos son sordos.


-:Gracias:-
A los sordos. Por no escuchar nuestras estupideces.