Compendio
Parlanchinas, locas de atar. Mujeres jóvenes y punto. Y bueh.
Otro cigarrillo y a escribir. A escribir que hay ganas, que está lindo para hacerlo, aunque podría no ser lindo el resultado, como siempre. El posible error puede limitar las intenciones de uno. El posible error puede molestar. Pero bah. Que es un error más, y qué es un error menos. Ya estuvo con ese. No, con ese estuvo pero hace un mes, ahora está con este. Ah, me gustaba más el otro. Ay nena, nada que ver, con razón usás anteojos.
Actúan sin pensar en el error, ja, quizá deberia aprender algo de ellas. Sus modos son un algoritmo, una tabla de ifs y elses, de fores y whiles. Largos de escribir, de seguro. Y largos de leer por esto. Pero les pegaría una miradita. La eficiencia ya ni siquiera es una meta. Sólo la velocidad.
Se mueven en busca de un fin por sus predeterminados medios. Se mueven mucho más libres que mi compu, mucho más fuertes que cualquier animal. El fin es voluntad. Su heurística es quizás lo más largo de leer. Ja. Homo sapiens. Si Dios viera lo bien que hizo. Y ningún nexo en mis palabras, solo un pequeño trasfondo que quiere tener cara de idea, de concepto. Y dejo la poesía para la página negra. Que hay que ser técnico de vez en cuando. Hay que serlo. Y punto.
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